jueves, 15 de enero de 2009
evangelio 15 de enero
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicandole de rodillas: "si quieres, puedes limpiarme". Sintiendo lástima extendio la mano y lo tocó, diciendo: "quiero: queda limpio". La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés". Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
CUANDO VEO UN PAISAJE QUEMADO, SIENTO LÁSTIMA. CUANDO SIENTO QUE UN PROYECTO NO LLEGA A SU FIN, EXPRESO MI DESILUCIÓN. PERO CUANDO VEO QUE ALGUIEN SUFRE ¿ME COMPADEZCO? JESÚS, QUE NOS DEJEMOS TOCAR POR EL SUFRIMIENTO DE LAS PERSONAS; QUE NUESTRA COMPASIÓN NUNCA LES HUMILLE NI AUMENTE SU DOLOR. HAZME SENSIBLE Y CERCANO A QUINES ME ENCUENTRO EN EL CAMINO DE LA VIDA.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario